¿Cómo revertir el Hígado Graso? Causas, Tratamiento y Dieta

El hígado graso es una enfermedad que se produce cuando se acumula demasiada grasa en las células del hígado. Esta grasa puede interferir con el funcionamiento normal del hígado, causando inflamación, fibrosis y cirrosis. Por ello queremos darte la mejor estrategia para revertir el hígado graso, así como las causas y su origen, el mejor tratamiento y la dieta y alimentos que necesitas incluir en tu día a día.

Simplificando, es como si tuviéramos el congelador de nuestra casa lleno del mismo tipo comida que no gastamos.

[fl_builder_insert_layout id=114613]

¿Qué es el hígado graso?

El hígado graso es una condición en la que se acumula grasa en este órgano vital. Está relacionado directamente con la alimentación y nutrición, y se han convertido en una de las principales causas de enfermedad hepática crónica.

Esta acumulación de grasa puede interferir con el funcionamiento normal del hígado y afectar su capacidad para realizar sus funciones vitales. La acumulación de grasa en el hígado, conocida como esteatosis hepática, ocurre cuando hay un desequilibrio entre la cantidad de grasa que se produce en el hígado y la cantidad que se utiliza o se elimina. Esta grasa se acumula dentro de las células hepáticas, lo que puede llevar a la inflamación y daño irreversible del hígado.

Tipos de hígado graso

El hígado graso puede ser de dos tipos:

• Alcohólico, debido al consumo excesivo de alcohol,
• No alcohólico, el que vamos a tratar principalmente y el que más está aumentando en la actualidad. Y se asocia a otros factores de riesgo, como la obesidad, la diabetes, el colesterol alto o la resistencia a la insulina. Donde los hábitos de vida son fundamentales.

El hígado graso puede tener un impacto negativo en la función hepática. A medida que la grasa se acumula en el hígado, puede causar inflamación y daño en las células hepáticas. Con el tiempo, esto puede llevar a una enfermedad más grave llamada esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), que implica inflamación y cicatrización del hígado. Si no se trata adecuadamente, puede progresar a cirrosis hepática y, en casos extremos, incluso al cáncer de hígado. Por lo tanto, es crucial tomar medidas para controlar y revertir el hígado graso antes de que cause daño irreversible en la función hepática.

Causas del hígado graso: la alimentación

Una dieta rica en alimentos procesados, hidratos de carbono y altos en azúcares, puede contribuir a su desarrollo. El consumo excesivo de calorías, puede conducir a la acumulación de grasa en el hígado. Además, el exceso de fructosa presente en bebidas endulzadas y alimentos procesados también puede desempeñar un papel desencadenante.

Por otro lado, hay una relación entre el sobrepeso como factor de riesgo para el desarrollo del hígado graso. Especialmente cuando se localiza en el área abdominal, se asocia con un mayor riesgo de acumulación de grasa visceral en el hígado. Esto se debe a que el tejido adiposo produce sustancias inflamatorias que pueden afectar la función hepática y promover la acumulación de lípidos en el hígado.

Relación con la diabetes

Existe una estrecha relación entre el hígado graso y la diabetes. Las personas con diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo de desarrollarlo y viceversa. La resistencia a la insulina, que es característica de la diabetes tipo 2, también puede afectar al hígado y conducir a la acumulación de grasa en este órgano. Por lo tanto, es importante controlar y tratar su diabetes de manera efectiva, a través de la alimentación adecuada.

¿Qué síntomas tiene el hígado graso?

Lo primero que hay que saber, es que suele ser una enfermedad silenciosa, es decir, que no presenta síntomas evidentes en sus primeras etapas. Sin embargo, a medida que avanza, puede provocar algunos signos, como:

• Dolor o molestia en la parte superior derecha del abdomen
• Fatiga o cansancio
• Pérdida de apetito o de peso
• Náuseas o vómitos
• Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos)
• Hinchazón abdominal o ascitis (acumulación de líquido en el abdomen)
• Hemorragias digestivas o encefalopatía hepática (alteración del estado mental)

[fl_builder_insert_layout id=114621]

Tratamiento del hígado graso

El tratamiento que proponemos en Regenera, se centra en adoptar medidas para mejorar la salud del hígado y prevenir el desarrollo de complicaciones.

• Evitar el consumo de alcohol, que es la principal causa del hígado graso alcohólico y que también puede agravar el hígado graso no alcohólico.
• Perder peso, si se tiene sobrepeso u obesidad, lo que ayuda a reducir la grasa hepática y a mejorar la resistencia a la insulina.
• Seguir una dieta equilibrada, baja en grasas trans, azúcares, y rica en frutas, verduras, pescado, frutos secos y aceite de oliva.
• Hacer ejercicio físico moderado, lo que favorece la quema de calorías y de grasa, y mejora el metabolismo y la circulación.
• Es importante adentrarse en estrategias como el ayuno intermitente para facilitar la quema de reservas.
• Controlar los niveles de glucosa en la sangre.
• Evitar tomar medicamentos si no están recetados, ya que pueden ser perjudiciales, como los esteroides, los anticonceptivos o los antibióticos.

¿Qué complicaciones puede tener el hígado graso?

Es importante transmitir este mensaje, y es que puede tener complicaciones graves si no se trata adecuadamente, como:

• Cirrosis hepática: es la fase más avanzada de la enfermedad, en la que el hígado se endurece y se deforma por la formación de cicatrices, lo que impide su funcionamiento normal y puede provocar insuficiencia hepática, hipertensión portal, varices esofágicas, cáncer de hígado o trasplante de hígado.
• Síndrome metabólico: es un conjunto de alteraciones que aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes, como la obesidad abdominal, la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la hipertrigliceridemia o la hiperglucemia.
• Esteatohepatitis: es la inflamación del hígado por la acumulación de grasa, que puede causar daño celular y fibrosis, y evolucionar hacia la cirrosis o el cáncer.

[fl_builder_insert_layout id=114624]

Dieta y alimentación para el hígado graso

La dieta y la alimentación juegan un papel crucial en el manejo y tratamiento del hígado graso. A continuación, se presentan algunas recomendaciones dietéticas generales para ayudar a mejorar la salud del hígado:

• Consumir una variedad de alimentos saludables, incluyendo frutas, verduras, proteínas magras, mariscos y todo tipo de pescados.
• Elegir fuentes de proteínas magras como pescado y carne magra (sobre todo si es de paso).
• Limitar el consumo de alimentos procesados y ultraprocesados, que suelen ser altos en grasas trans y azúcares.
• Incorporar alimentos ricos en fibra, frutas y verduras, para promover una buena digestión y controlar los niveles de glucosa.

Consumo de grasas insaturadas y ácidos grasos omega-3

Las grasas insaturadas, en particular los ácidos grasos omega-3, ofrecen beneficios para la salud del hígado graso. Se recomienda:

• Incluir pescados grasos como el salmón, la caballa y la sardina, que son ricos en ácidos grasos omega-3, al menos dos veces por semana.
• Incorporar aceite de oliva, aguacate, nueces y almendras a la dieta para aumentar la ingesta de grasas insaturadas beneficiosas para el hígado.

Alimentos con bajo índice glucémico

Los alimentos con bajo índice glucémico proporcionan una liberación lenta de glucosa en el torrente sanguíneo, lo que ayuda a mantener los niveles de azúcar estables y puede ser beneficioso para la salud del hígado. En lugar de alimentos procesados y refinados como el pan, el arroz y la pasta.

Evitar alimentos y bebidas con altos niveles de azúcares simples

El consumo excesivo de azúcares, puede contribuir al desarrollo del hígado graso.

• Limita el consumo de refrescos endulzados, bebidas deportivas y jugos que contienen altas cantidades de azúcares añadidos.
• Evitar el consumo de azúcar de mesa o sacarosa, que se convierte rápidamente en glucosa y fructosa durante la digestión.

¿Qué alimentos son buenos para el hígado graso?

Algunos alimentos que pueden ayudar a prevenir o mejorar el hígado graso son:

1. Alcachofa: tiene propiedades depurativas, diuréticas y antioxidantes, que favorecen la eliminación de toxinas y la regeneración del hígado.
2. Limón: es rico en vitamina C, que tiene un efecto antioxidante y antiinflamatorio, y ayuda a alcalinizar el organismo y a mejorar la digestión.
3. Ajo: contiene alicina, un compuesto que estimula la producción de enzimas hepáticas, que facilitan la desintoxicación del hígado y la eliminación de grasa.
4. Cúrcuma: es una especia que contiene curcumina, un pigmento que tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antifibróticas, que protegen el hígado y previenen la formación de cicatrices.
5. Té verde: es una infusión que contiene catequinas, unos antioxidantes que ayudan a reducir la grasa hepática y a mejorar el metabolismo de la glucosa y los lípidos.

¿Qué alimentos son malos para el hígado graso?

Algunos alimentos que pueden empeorar el hígado graso son:

• Alcohol: es el principal responsable del hígado graso alcohólico, y también puede agravar el hígado graso no alcohólico, ya que aumenta la producción de grasa y de radicales libres, que dañan las células hepáticas.
• Grasas trans: se encuentran procesados, como la bollería, las galletas, las patatas fritas o la comida rápida. Estas grasas aumentan el colesterol y los triglicéridos, y favorecen la acumulación de grasa en el hígado y en las arterias.
• Azúcares refinados: se encuentran en alimentos como el azúcar blanco, la miel, la mermelada, los dulces, los refrescos o los zumos envasados. Estos azúcares elevan la glucosa en la sangre, y estimulan la producción de insulina, que favorece la síntesis y el almacenamiento de grasa en el hígado.

Remedios naturales para el hígado graso

• Cardo mariano: es una planta que contiene silimarina, un compuesto que tiene propiedades hepatoprotectoras, antioxidantes y antiinflamatorias, que ayuda a regenerar las células del hígado y a prevenir la fibrosis. Se puede tomar en forma de infusión, cápsulas o extracto.
• Diente de león: es una planta que tiene propiedades depurativas, diuréticas y digestivas, que favorece la eliminación de toxinas y de líquidos, y estimula la producción de bilis, que facilita la digestión de las grasas. Se puede tomar en forma de infusión, tintura o jarabe.
• Boldo: es una planta que tiene propiedades coleréticas, colagogas y hepatoprotectoras, que aumenta la secreción y el flujo de la bilis, y protege el hígado de los agentes tóxicos. Se puede tomar en forma de infusión, cápsulas o gotas.
• Alcachofera: es una planta que tiene propiedades hepatoprotectoras, depurativas y digestivas, que mejora el funcionamiento del hígado y favorece la eliminación de grasa y de colesterol. Se puede tomar en forma de infusión, comprimidos o jarabe.
• Jengibre: es una raíz que tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y termogénicas, que protege el hígado del estrés oxidativo, reduce la inflamación y aumenta el gasto calórico. Se puede tomar en forma de infusión, cápsulas o polvo.

¿Te has quedado con alguna duda?

¡Escribe un comentario y te respondemos lo antes posible!