Las hormonas deben ser nuestras aliadas, no nuestras enemigas
Las hormonas nos dan energía, nos mantienen felices, nos ayudan a dormir, conservan nuestro calor corporal y controlan el hambre y la sensación de saciedad. Son las encargadas de regular nuestra menstruación, asegurar la ovulación, controlar los síntomas menstruales, iniciar la menopausia y, evidentemente, contribuir a la concepción y al embarazo.
A pesar de su relevancia indiscutible, es impresionante cómo desórdenes tan habituales como el dolor menstrual, las oligomenorreas o amenorreas o las alteraciones tiroideas aún se aborden con intervenciones tan reduccionistas como una castración química mediante las pastillas anticonceptivas o con una terapia hormonal sustitutiva.
Este tipo de enfoque es desvitalizante, te hace perder autonomía y te deja "sola ante el peligro". La realidad es que existen diferentes mecanismos de acción asociados a estos desórdenes que al conocerlos nos permiten un abordaje de las causas:
- Hace ya algunos años que se ha demostrado que el tipo de metabolismo de las células de tu endometrio regula su funcionalidad.
- Las inflamaciones tanto locales como sistémica son la causa de muchos de los desórdenos hormonales que se presentan actualmente.
- Las deficiencias nutricionales endémicas de la sociedades modernas afectan a la buena funcionalidad de las glándulas
- Bloqueos en la eliminación de las hormonas juegan también un papel importante en los desequilibrios hormonales
Ante esto no queda más que recoger el amplio conocimiento que la cienca actual aporta para realizar intervenciones que permitan abordar estos desajustes de manera integral para llevar a las personas a la recuperación completa del equilibrio hormonal.
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