En los últimos años, la glucosamina se ha convertido en uno de los suplementos más buscados por quienes quieren cuidar sus articulaciones, reducir el dolor o frenar el desgaste articular. Pero ¿qué hay realmente detrás de esta molécula? ¿Es tan eficaz como promete la industria de los suplementos?
La glucosamina no es una varita que regenere el cartílago de la noche a la mañana, pero sí puede ser una herramienta valiosa dentro de un enfoque global de salud articular. Los estudios muestran que mejora el confort, retrasa el desgaste y contribuye al bienestar de quienes sufren artrosis leve o moderada.
❗Su eficacia aumenta cuando se acompaña de movimiento, alimentación antiinflamatoria, un peso saludable y una vida activa.
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Índice
¿Qué es la glucosamina y por qué se habla tanto de ella?
La glucosamina es una sustancia que nuestro propio organismo produce de manera natural. Se encuentra principalmente en el cartílago, el tejido flexible que recubre las articulaciones y permite que los huesos se deslicen sin fricción. A medida que envejecemos, la capacidad del cuerpo para fabricar esta molécula disminuye. Y con ello, el cartílago se vuelve más fino, menos elástico y más propenso al daño.
👉 De ahí que muchos profesionales recomienden su suplementación en casos de artrosis o dolor articular.
Podemos imaginar a la glucosamina como el “ladrillo básico” del cartílago. Forma parte de los glicosaminoglicanos y proteoglicanos, componentes esenciales del líquido sinovial que amortigua los movimientos. Sin ella, el cartílago pierde su capacidad para retener agua y proteger las superficies óseas, lo que puede generar fricción, inflamación y dolor.
Además, participa en procesos de reparación del tejido conjuntivo, ayuda a mantener la integridad de los tendones y puede influir incluso en el metabolismo energético de las células articulares.
Tipos de glucosamina: sulfato, clorhidrato y N-acetilglucosamina
En el mercado existen tres formas principales de glucosamina:
- Glucosamina sulfato: la más estudiada y recomendada por su estabilidad y biodisponibilidad.
- Glucosamina clorhidrato: contiene una mayor concentración de glucosamina pura, pero los ensayos muestran resultados menos consistentes.
- N-acetilglucosamina: se utiliza sobre todo en salud intestinal y dermatológica, con efecto protector sobre las mucosas.
El sulfato de glucosamina es el estándar utilizado en la mayoría de los estudios clínicos sobre artrosis.

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¿Para qué sirve la glucosamina?
La popularidad de la glucosamina se debe a sus efectos potenciales en la salud articular y su posible capacidad para retrasar el deterioro del cartílago.
Protección del cartílago y las articulaciones
La glucosamina actúa como un precursor estructural del cartílago, favoreciendo la síntesis de colágeno y de proteoglicanos, elementos que dan elasticidad a la articulación.
Varios estudios demuestran que su uso regular puede reducir la pérdida de grosor del cartílago observada en resonancias magnéticas de pacientes con artrosis de rodilla.
Prevención y alivio de la artrosis
En un metaanálisis publicado en Arthritis & Rheumatology (2019), los investigadores observaron que el sulfato de glucosamina redujo el dolor y mejoró la función articular en comparación con el placebo, especialmente en tratamientos de más de 6 meses.
No se trata de una cura milagrosa, pero sí de un coadyuvante útil. Los mejores resultados se obtienen cuando se combina con ejercicio regular, control del peso corporal y una alimentación antiinflamatoria.
Beneficios sobre el dolor y la inflamación
La glucosamina parece modular la respuesta inflamatoria de las células del cartílago. Estudios de laboratorio muestran que puede inhibir la producción de citocinas proinflamatorias, como la interleucina-1β o el TNF-α, que están implicadas en la degradación del cartílago.
Por eso, muchas personas que la consumen describen una reducción progresiva del dolor, aunque los efectos suelen percibirse después de varias semanas.
Otros posibles usos: intestino, piel y longevidad
Algunas investigaciones recientes exploran su papel más allá de las articulaciones:
- Intestino: la N-acetilglucosamina podría fortalecer la mucosa intestinal, actuando como protector frente a la inflamación.
- Piel: interviene en la síntesis de ácido hialurónico, contribuyendo a la hidratación cutánea.
- Longevidad: un estudio en Nature Communications (2014) observó que animales suplementados con glucosamina vivían más tiempo, posiblemente por efectos metabólicos similares a los de una restricción calórica leve.
Beneficios de la glucosamina según la ciencia
Estudios clínicos en artrosis y salud articular
Los ensayos clínicos más sólidos se centran en la artrosis de rodilla y cadera.
Un metaanálisis del British Medical Journal (BMJ, 2020) concluyó que los pacientes que tomaban sulfato de glucosamina durante al menos seis meses experimentaban una mejora moderada del dolor y de la función.
Sin embargo, los autores matizan que los resultados pueden variar según la formulación y la calidad del suplemento.
Efectos antiinflamatorios y regenerativos
Además de proteger el cartílago, la glucosamina estimula la producción de colágeno tipo II y reduce el daño oxidativo en las células articulares.
Estudios en animales muestran una disminución de marcadores inflamatorios como la prostaglandina E2 y la óxido nítrico sintasa inducible.
Relación entre glucosamina, microbiota y metabolismo
Recientes investigaciones en Nutrients (2023) sugieren que la glucosamina puede modular la microbiota intestinal, favoreciendo bacterias beneficiosas implicadas en la producción de ácidos grasos de cadena corta.
Este efecto podría explicar en parte sus beneficios antiinflamatorios sistémicos.
Además, algunos estudios epidemiológicos observan que las personas que consumen glucosamina de manera habitual presentan menor riesgo de enfermedad cardiovascular, posiblemente por su acción sobre rutas metabólicas relacionadas con la glucólisis y el estrés oxidativo.
Glucosamina y condroitina: ¿qué diferencia hay?
La condroitina suele aparecer junto a la glucosamina en muchos suplementos, lo que genera confusión. Aunque ambas participan en la salud del cartílago, no son lo mismo.
- Glucosamina: actúa como precursor para la formación de proteoglicanos.
- Condroitina: se encarga de atraer y retener agua dentro del cartílago, dándole resistencia y elasticidad.
En conjunto, forman una especie de “dueto estructural”: la glucosamina construye, la condroitina mantiene.
¿Se puede tomar glucosamina y condroitina juntas?
La combinación de ambas moléculas parece tener un efecto sinérgico. El estudio GAIT (Glucosamine/Chondroitin Arthritis Intervention Trial, publicado en New England Journal of Medicine, 2006) mostró que en pacientes con artrosis moderada a severa, la mezcla de glucosamina y condroitina mejoró los síntomas en un 25 % más que el placebo.
La evidencia global sugiere que los beneficios son modestos pero clínicamente relevantes, sobre todo cuando se utilizan durante largos periodos (mínimo 3–6 meses) y se eligen formulaciones estandarizadas.

La constancia y la calidad del producto son factores decisivos.
Cómo y cuándo tomar glucosamina (dosis y mejores momentos)
La eficacia de este suplemento depende de la dosis, la constancia y el contexto metabólico de cada persona.
- Dosis estándar: entre 1.200 y 1.500 mg diarios de sulfato de glucosamina, repartidos en una o dos tomas.
- Duración: se recomienda mantener el tratamiento al menos durante 3 a 6 meses para valorar resultados.
- Efecto acumulativo: los beneficios suelen aparecer de forma progresiva, ya que actúa sobre la regeneración del cartílago, un proceso lento.
No existe una hora exacta, pero se aconseja tomarla junto con las comidas para mejorar su absorción y evitar molestias gastrointestinales.
Contraindicaciones y efectos secundarios
En general, la glucosamina es segura y bien tolerada. Los efectos adversos son leves: náuseas, acidez o molestias digestivas en algunas personas. Sin embargo, hay que tener precaución en ciertos casos:
- Alergia al marisco: la mayoría de suplementos proviene de caparazones de crustáceos.
- Diabéticos: podría influir ligeramente en los niveles de glucosa, aunque la evidencia no es concluyente.
- Anticoagulantes: la combinación con warfarina o similares puede aumentar el riesgo de sangrado.
Ante cualquier duda, siempre conviene consultar con un profesional sanitario antes de iniciar su uso.
¿Y qué glucosamina recomendamos?
Combina tres compuestos clave con respaldo científico: glucosamina y condroitina, los nutrientes más reconocidos en el mantenimiento del cartílago, y MSM (metilsulfonilmetano), una fuente de azufre orgánico esencial para el tejido conectivo y con potentes propiedades antioxidantes.
Además, su fórmula incluye vitamina C, que contribuye a la formación normal de colágeno para el buen funcionamiento del cartílago, y calcio, necesario para mantener la estructura ósea.
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Preguntas frecuentes sobre la glucosamina
- ¿Cuánto tiempo tarda en hacer efecto la glucosamina? Generalmente entre 4 y 8 semanas. Los beneficios se consolidan con el uso continuado.
- ¿Puedo tomar glucosamina si no tengo artrosis? Sí, especialmente si realizas ejercicio intenso o buscas prevenir el desgaste articular, aunque no es imprescindible para personas sin síntomas.
- ¿Es mejor tomarla con comida o en ayunas? Con comida, para mejorar su absorción y evitar molestias digestivas.
- ¿La glucosamina engorda? No. No aporta calorías significativas ni altera el metabolismo lipídico.
- ¿Qué diferencia hay entre glucosamina y colágeno? La glucosamina es un precursor del cartílago, mientras que el colágeno es una proteína estructural. Pueden complementarse.
- ¿Puede combinarse con omega-3 o cúrcuma? Sí. Ambos compuestos potencian su acción antiinflamatoria.
- ¿Hay fuentes naturales de glucosamina en los alimentos? Se encuentra en mariscos y caparazones, aunque en cantidades muy pequeñas. Por eso se suele recurrir a suplementos.
- ¿Existen alternativas naturales a la glucosamina? El colágeno hidrolizado, la cúrcuma, el ácido hialurónico o el extracto de Boswellia serrata pueden ofrecer efectos complementarios.
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Fuentes y estudios científicos sobre el agua de mar para beber y sus beneficios
- Glucosamine sulfate in the treatment of knee osteoarthritis (Herrero-Beaumont et al., 2007) — En este ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo, se administró 1,500 mg diarios de sulfato de glucosamina a pacientes con artrosis de rodilla. Los resultados mostraron que esta dosis fue más eficaz que el placebo para aliviar síntomas en este grupo concreto.
- Effect of glucosamine and chondroitin sulfate in symptomatic knee osteoarthritis: a systematic review and meta-analysis of randomized placebo-controlled trials (2018) — Esta revisión sistemática y metaanálisis de ensayos controlados encontró que la glucosamina o la condroitina por separado pueden reducir el dolor en la artrosis de rodilla (por ejemplo, una diferencia media ponderada en la escala visual de –7,41 mm para glucosamina) frente a placebo. Sin embargo, la combinación de ambas no mostró ese efecto adicional.

