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Fisioterapeuta tratando con psiconeuroinmunología

Relación entre el dolor y los órganos

El 80% de la aparición de un dolor muscular, articular, tendinoso y ligamentoso no traumático tiene su origen en una víscera. Hasta que no aprendí esta información que te voy a presentar, yo mismo me sentía frustrado cuando no entendía el origen del dolor que sufría mi paciente.

Si eres un profesional de la salud que atiendes a pacientes que sufren dolor, debes de conocer cómo la disfunción de una víscera puede alterar la vascularización del tejido musculo-esquelético con el que se relaciona, generándole una menor entrada de oxígeno.

Aquí te expongo los síntomas más habituales que pueden presentar los diferentes órganos y la región del cuerpo con la que se relaciona:

  • Estómago (pesadez, dificultad para digerir, acidez…) – extremidad superior izquierda.
  • Hígado (boca pastosa, debilidad pelo y uñas…) – extremidad superior derecha.
  • Sistema digestivo parte alta (hinchazón, gases…) – región cervical y región lumbar.
  • Sistema digestivo parte baja (estreñimiento, diarrea…) – región lumbo-sacra, cara lateral de los muslos y rodillas.
  • Órganos sexuales (síntomas menstruales y premenstruales…) – región lumbo-sacra, caderas y región interna de las rodillas.
  • Riñones (dolor de cabeza, rampas musculares…) – gemelos, tendones de aquiles y fascia plantar.

Características del dolor hipóxico

Si el órgano en cuestión presenta una disfunción, el tejido correspondiente sufrirá una menor entrada de oxígeno generando una fibrosis del tejido, dando lugar a la aparición de un dolor hipóxico. Este tipo de dolor, a diferencia del dolor inflamatorio, se caracteriza por:

  • Empeorar con el reposo: Cuántos pacientes se quejan en tu consulta de ese dolor lumbar o en un hombro que les aparece cuando están durmiendo o en la planta de los pies nada más ponerlos en el suelo al levantarse por la mañana. Al tejido hipóxico no le sienta bien el reposo porque todavía les llega menos oxígeno
  • Mejorar con el movimiento: Esos mismos pacientes te explican que su dolor mejora si se levantan de la cama y mueven esa zona que les duele o, en el caso de las plantas de los pies, cuando ya han caminado 5 minutos por su casa. Esto pasa precisamente no porque se caliente la zona (es imposible en tan poco tiempo) sino porque el movimiento incrementa la llegada de oxígeno a esa región.
  • No mejorar al tomar antiinflamatorios: Justamente porque no es un dolor inflamatorio.

Seguro que todo esto que te estoy explicando te resulta familiar. Ahora espero que entiendas un poco más este tipo de dolor y consideres la influencia de los órganos en las dolencias de tus pacientes.

Quiero aumentar el valor de mis diagnósticos y tratamientos, consiguiendo de este modo, diferenciarme profesionalmente de mi competencia.

¿Cómo mejorar el dolor?

El tratamiento para mejorar el dolor hipóxico se basa en tres pilares que te voy a describir a continuación:

Amnesis

1. Revisa en la anamnesis que realizas a tu paciente qué tal está el órgano relacionado de la zona donde presenta su dolor. Si efectivamente hay una disfunción, convendría que le pudieras ofrecer algunas recomendaciones para que lo mejorara. Aquí te voy a proponer unas recomendaciones prácticamente protocolarias que irán encaminadas a mejorar su hidratación y su alimentación.

  • Hidratación: Pedirle que beba agua mineralizada, evitando agua de mineralización débil y osmosis ya que tienen una baja presencia de minerales; y que reduzca o elimine bebidas azucaradas, alcohol y café.
  • Alimentación: Plantearle que coma fruta, verdura, tubérculos, carne, pescado, marisco, huevos, aceite de oliva y frutos secos. Pedirle que evite bollería, alimentos procesados y harinas.

Terapia manual

2. Tus sesiones de terapia manual serán más efectivas después de que tu paciente lleve 15 días con estos cambios en su hidratación y en su alimentación. Esto significa que tu paciente tendrá un tejido más oxigenado que hará que no sufra tanto cuando le trabajes la zona con terapia manual y que su mejoría se alargue cada vez más en el tiempo.

Ejercicio Activo excéntrico

3. Después de que le incrementes la entrada de oxígeno en el tejido mejorando la función del órgano y de que se lo flexibilices con terapia manual, puedes incorporar ejercicio activo excéntrico. Debes de enseñarle ejercicios activos que le permitan reforzar el tejido lesionado. La acción excéntrica se describe en la literatura científica como la más eficiente para mejorar tejido con fibrosis.

Yo mismo soy el encargado de ofrecer el seminario de Neurofisiología del dolor en el Postgrado de Regenera. Mis más de 15 años atendiendo a pacientes y formando a profesionales de la salud, me permiten poder explicar con profundidad los mecanismos que provocan el dolor hipóxico y las herramientas terapéuticas más adecuadas para su solución como son la alimentación, la hidratación, la suplementación natural y la gestión de las emociones.

Autor: Carlos Pérez

Msc Psiconeuroinmunología Clínica
Msc en Biología Molecular y Biomedicina
Co-autor de los libros Paleovida y Mis Recetas Paleovida
Co-director y docente del Postgrado Experto
Universitario en Psiconeuroinmunología Clíninica de Regenera por la Efhre International University

Sobre el autor

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