Cada vez existe más constancia en la literatura científica que el intestino y la microbiota intestinal tienen un papel determinante en la salud.
Manejar la clínica del sistema digestivo se convierte en una herramienta transversal que cualquier profesional de la salud debería dominar. Incorpóralo en tu clínica diaria y comprueba como tus tratamientos o intervenciones habituales adquieren un valor añadido.
Un intestino inflamado que lo reconocemos por presentar pesadez, gases, ardor, dificultad para digerir, hinchazón, estreñimiento y/o diarrea no sólo ocasiona problemas a ese nivel, algo de por sí ya molesto.
Otras alteraciones
- El estado anímico. La entrada de citoquinas proinflamatorias que provienen del intestino al cerebro ocasionan un bloqueo en el traspaso de tirosina a dopamina y de triptófano a serotonina, reduciendo la presencia de hormonas de bienestar para priorizar la inflamación. Si quieres mejorar el estado emocional de tu paciente, debes de asegurarte que su sistema digestivo funcione bien.
- Dolores y lesiones musculares, tendinosas y ligamentosas. El intestino tiene una relación neurovegetativa con hombros, caderas, región lumbo-sacra y rodillas. Un intestino en un estado de inflamación de bajo grado va a provocar que esas regiones sean más sensibles a sufrir una lesión y a enlentecer su recuperación por una menor entrada de oxígeno.
- La boca como mal aliento, aftas, encías sangrantes o periodontitis. Concretamente se trata de las alteraciones de la parte alta del sistema digestivo como la hipoclorhidria y el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado que se consideran responsables de la aparición de estas disfunciones bucales.
- El sistema inmunitario. El 80% de las células inmuncompetentes se encuentran ubicadas en nuestro sistema digestivo ya que es la estructura más extensa de nuestro cuerpo que entra en contacto con el exterior, mide entorno a unos 200 m2. Si el intestino se encuentra en un estado de inflamación de bajo grado va a generar que el sistema inmune esté activo de forma permanente. Se trata de un sistema inmune en estado de alerta constante, más vulnerable ocasionando por ejemplo infecciones recurrentes o dificultad para resolver un resfriado. Este estado es la antesala para la aparición de alergias o patologías autoinmunes en función de la susceptibilidad genética de la persona.
Autor: Regenera