¿Qué relación tiene el microbioma con la salud de los niños? ¿Afecta a su salud inmunológica? ¿Y a la salud emocional? Estas serán algunas de las preguntas a las que intentaremos dar respuesta en este artículo.
El objetivo es explorar cómo el microbioma intestinal afecta la función inmunológica de los niños y cómo influye en su salud mental y emocional. A partir de relevantes estudios científicos que han podido desarrollarse en los últimos años, analizaremos la relación entre el microbioma y las enfermedades crónicas en los niños, así como la importancia de la nutrición y la lactancia materna en el desarrollo de un microbioma saludable.
Además, analizaremos los efectos del uso excesivo de antibióticos en el microbioma infantil y las estrategias para mantener un microbioma saludable. Finalmente, se presentarán recomendaciones para padres y cuidadores sobre cómo fomentar un microbioma saludable en los niños y promover su salud inmunológica y emocional a largo plazo.
Microbioma y sistema inmunológico
El microbioma es un concepto que está evolucionando rápidamente en su definición a medida que se va conociendo más de él. Denominamos microbioma al conjunto de microorganismos (microbiota) junto con las sustancias químicas que estos producen (metabolitos), elementos genéticos y las interacciones que establecen con el medioambiente en el que se encuentran. Así podríamos resumir sus principales diferencias:
- Microbiota = conjunto de microorganismos que habita un determinado ecosistema dentro de un organismo
- Microbioma = microbiota + metabolitos + ADN reliquia (genes)
Los 23.000 genes que componen el genoma humano palidecen en comparación con los 3,3 millones de genes de los microbios que viven en nuestros intestinos. Solo el 50% de las células de nuestro cuerpo son humanas. El resto son microbios, como bacterias, levaduras (miembros de la familia de los hongos), virus y arqueas. Juntos, forman el microbioma.
La ecología y la función microbiana intestinal son dinámicas esenciales en la infancia. Estos aliados de la salud tienen un gran impacto en el desarrollo del tracto digestivo y el sistema inmunológico del huésped.
Diversidad microbiana temprana
En el primer año de vida, especialmente, la microbiota intestinal cambia drásticamente a través de interacciones con el sistema inmunológico en desarrollo en el intestino. El proceso de establecimiento de la microbiota intestinal se ve afectado por varios factores ambientales y tienen el potencial de ser un determinante esencial de la salud de por vida. Por ejemplo, la baja diversidad total de la microbiota intestinal durante el primer año de vida se asocia con enfermedades alérgicas en la infancia.
Cada día conocemos más datos relevantes sobre cómo la diversidad microbiana temprana se relaciona con enfermedades alérgicas más tarde en la edad escolar.
La salud del sistema inmunológico es crucial para el desarrollo y crecimiento de los niños. Es responsable de proteger al cuerpo de infecciones y enfermedades, y para mantenerlo saludable, es importante asegurarse de que se encuentre en equilibrio.
Factores que afectan al desarrollo de la microbiota
La formación de la microbiota intestinal es un proceso que depende de varios factores:
- como la microbiota de la madre
- los factores perinatales como el tipo de parto
- la exposición a microorganismos del ambiente
- el uso de antibióticos,
- la dieta (lactancia materna)
- y la genética del individuo.
Este proceso de colonización ocurre al mismo tiempo que el desarrollo y la maduración del sistema inmunológico, que también influyen en el desarrollo cognitivo y psicomotor. Si el sistema inmunológico no se desarrolla y madura adecuadamente, hay un mayor riesgo de problemas de salud a corto y largo plazo.
El microbioma tiene un impacto significativo en el sistema inmunológico, ya que los microorganismos presentes en él pueden influir en la respuesta inmunológica del cuerpo.
Por lo tanto, este periodo es muy importante porque cualquier alteración en él puede afectar el desarrollo de la salud infantil y tener efectos en la salud del futuro adulto.
La exposición a bacterias durante los primeros 1.000 días de vida es esencial porque la colonización se produce al mismo tiempo que la maduración del sistema inmunológico.
¿Cómo se puede mantener un microbioma saludable?
El microbioma humano es un ecosistema complejo que incluye una gran cantidad de microorganismos, como bacterias, hongos, virus y otros microbios que habitan en nuestro cuerpo, especialmente en el tracto gastrointestinal.
Aunque a menudo se piensa que estos microorganismos son perjudiciales para la salud, en realidad, son beneficiosos y pueden tener un gran impacto en el sistema inmunológico de los niños.
Mantener un microbioma saludable es importante para mantener un sistema inmunológico eficaz en los niños. Para ello, es importante mantener una dieta equilibrada y saludable, rica en fibra y baja en alimentos procesados. También es importante evitar el uso excesivo de antibióticos, ya que pueden matar las bacterias beneficiosas presentes en el microbioma.
Otra forma de mantener un microbioma saludable es a través del consumo de probióticos, que son bacterias beneficiosas que se encuentran en alimentos como el yogur y el kéfir. Los prebióticos, que son fibras que no pueden ser digeridas por el cuerpo humano, pero que sirven de alimento para las bacterias del microbioma, también pueden ser beneficiosos.
Estas son algunas de las recomendaciones esenciales para promover un microbioma saludable en los niños.
El estrés de la vida temprana
Los episodios traumáticos durante la niñez están asociados con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades psiquiátricas, metabólicas e intestinales en la edad adulta. La microbiota juega un papel importante en la asociación entre estrés de la vida temprana, el desarrollo neurocognitivo y la salud mental, pero aún se desconoce los mecanismos por los que se produce este fenómeno en diversas patologías.
El estrés de la vida temprana está asociado con una alteración de la microbiota intestinal en niños, que corresponden a cambios en el funcionamiento afectivo y cognitivo tanto en animales como en humanos.
La exposición al estrés prenatal rara vez se estudia en humanos en relación con la microbiota intestinal, pero el trabajo con animales también ha sugerido asociaciones importantes entre el estrés prenatal y la programación fetal que deberían probarse en humanos.
Fomentar la lactancia materna
La lactancia materna y la leche materna brindan grandes oportunidades para apoyar la salud materna e infantil. Más allá de proporcionar nutrición, la leche materna brinda protección inmunológica personalizada y da forma al microbioma en desarrollo.
A partir de la Revolución Industrial, las tasas de mujeres que amamantaban a sus hijos y en particular, la cantidad de lactantes que recibían lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, comenzaron a disminuir. Este declive se acentuó a finales del siglo XIX, coincidiendo con la rápida urbanización de las sociedades en los países industrializados.
Sin embargo, se ha demostrado que la leche humana proporciona una integración nutricional, inmunológica, neuroendocrina y microbiológica compleja entre la madre y el bebé, que se adapta específicamente al entorno y los requisitos de la díada madre-bebé.
El vínculo establecido primero entre el intestino materno y el pecho y, luego, entre el pecho y el intestino del bebé, ha desempeñado y seguirá desempeñando un papel fundamental en nuestra existencia como especie, sirviendo como un nodo fundamental que interactúa con cualquier otro eje humano y además, programa la salud para la vida.
Breast-Gut-Axis
El Breast-Gut-Axis o eje intestino-mama, este término se refiere a la ruta que siguen las bacterias desde el intestino hasta la glándula mamaria, donde se integran en la leche materna. Según esta hipótesis, este mecanismo fisiológico comienza en el último trimestre del embarazo y dura toda la lactancia, hasta que finaliza el destete. Por lo tanto, la salud de la madre durante el embarazo y la lactancia es clave para la inmunidad del recién nacido.
La complejidad de la composición de la leche humana, combinada con la gran complejidad de las interacciones entre todos sus componentes, convierte a este fluido biológico en un enigma científico que estamos desentrañando poco a poco. Como afirman los estudios, esta complejidad “no se puede imitar en la fórmula artificial para lactantes y proporciona otra poderosa razón para proteger, promover y apoyar la lactancia materna”. La lactancia materna sigue siendo la forma más efectiva de mejorar la salud del microbioma infantil.
Precaución en el uso de antibióticos
Otra de las recomendaciones más importantes para el cuidado de la microbiota es evitar el uso innecesario de antibióticos. El motivo es que además de bacterias dañinas, puede matar las bacterias saludables en el microbioma de un niño, lo que puede conducir a un desequilibrio.
Los antibióticos son necesarios en algunos casos para tratar infecciones bacterianas, pero su uso excesivo puede dañar el microbioma infantil. Es importante utilizar los antibióticos con precaución, usarlos solo bajo prescripción médica y consultar a un profesional si es necesario un tratamiento con probióticos que ayude a compensar el daño a la microbiota.
Proporcionar una dieta saludable
Una dieta rica en fibra y alimentos fermentados puede ayudar a promover un microbioma saludable. Los niños deben consumir una dieta rica en fibra fermentable y nutrientes para fomentar el crecimiento de bacterias beneficiosas. También es fundamental reducir el consumo de alimentos procesados y azúcares refinados, que pueden dañar el microbioma.
La ingesta frecuente de frutas y verduras se asocia con mayor diversidad microbiana y menor calprotectina fecal, un marcador de inflamación intestinal. La diversidad de bacterias intestinales y la abundancia de metabolitos beneficiosos se asocia a una dieta variada en alimentos vegetales, más de 30 tipos diferentes de alimentos vegetales a la semana.
Fomentar el contacto con la naturaleza
El contacto con la naturaleza puede ayudar a introducir una variedad de microorganismos en el cuerpo de un niño, lo que puede promover un microbioma saludable.
La exposición a bacterias beneficiosas puede ayudar a desarrollar y fortalecer el microbioma infantil. Los niños deben pasar tiempo al aire libre y en contacto con la naturaleza para exponerse a una variedad de microorganismos. También se recomienda tener mascotas en casa o contacto con animales, ya que estos pueden introducir una variedad de bacterias beneficiosas en el hogar.
La hipótesis de higiene, propone que la exposición a gérmenes y determinadas infecciones en la infancia ayuda al desarrollo del sistema inmunitario. Esto enseña al cuerpo, por ejemplo, a diferenciar las sustancias inofensivas de las sustancias nocivas que desencadenan el asma.
De acuerdo con esta hipótesis, los estudios han demostrado que los niños que crecen en países desarrollados o en áreas urbanas, donde las alergias son más frecuentes, albergan una microbiota intestinal diferente en comparación con los niños que crecen en países subdesarrollados o en zonas rurales, donde las alergias son relativamente raras.
Está demostrado por diferentes estudios que la exposición temprana a los espacios verdes está relacionada con un sistema inmunitario fuerte. Por ejemplo, jugar a través de la vegetación o cultivar plantas durante tan solo un mes puede bastar para modificar su sistema inmune.
Un experimento llevado a cabo en Finlandia alteró el entorno urbano de un grupo de niños de una guardería y comprobó los cambios en su microbiota y sistema inmunitario un mes después. Jugar con la vegetación, cultivar plantas o cuidar de un huerto ayudo a aumentar su diversidad microbiana y mejorar sus defensas en tan solo 30 días.
En resumen
En este artículo, hemos aprendido que para ayudar a la salud inmunológica de los niños debemos facilitar la colonización temprana de bacterias beneficiosas en el microbioma de los niños. Para ello, nuestros 5 consejos esenciales son:
- Aportar lactancia materna durante tanto tiempo como sea posible
- Mantener una alimentación sana y saludable
- Tomar alimentos probióticos y prebióticos
- Reducir el uso de antibióticos innecesarios
- Evitar situaciones de estrés en la vida temprana
- Promover un estilo de vida en contacto con la naturaleza