En este artículo, queremos hablarte sobre la importancia de mantener una tiroides saludable y cómo podemos mejorar su funcionamiento, para que puedas disfrutar de una vida plena y llena de energía.
La tiroides es una glándula en forma de mariposa ubicada en el cuello que produce hormonas importantes para el correcto funcionamiento del cuerpo. La tiroides regula el metabolismo, la temperatura corporal, el crecimiento y el desarrollo de los órganos, el sistema nervioso y el sistema cardiovascular, entre otros. Por lo tanto, cuando la tiroides no funciona correctamente, puede afectar la salud de muchas maneras, incluyendo el sobrepeso, la fertilidad y el sistema inmunitario.
¿Qué es la tiroiditis y cómo puede afectar la glándula tiroides?
La tiroides es una pequeña glándula en forma de mariposa ubicada en el cuello, pero no subestimes su importancia en el cuerpo humano. ¡La tiroides es esencial para el buen funcionamiento de nuestro organismo! Es responsable de producir hormonas tiroideas que controlan el metabolismo y la energía en el cuerpo.
La glándula tiroides es una pequeña glándula ubicada en la zona del cuello. Produce la hormona tiroidea, también conocida como tiroxina o T4, la cual puede adherirse a los receptores de hormonas tiroideas presentes en todas las células de nuestro cuerpo. Cuando la glándula tiroides libera esta hormona al torrente sanguíneo, esta se adhiere a las diferentes células corporales, y hay dos lugares donde interviene: uno en el núcleo y otro en las mitocondrias.
Las mitocondrias son responsables de producir energía celular, de manera similar a cómo las locomotoras que funcionaban con carbón generaban energía. Por lo tanto, cuando los hombres o las mujeres tienen alteraciones de tiroides, se suelen sentir cansados o con falta de energía.
La función de las mitocondrias
Las mitocondrias son la estructura celular donde se produce la energía necesaria para el funcionamiento de las células. Si retrocedemos en el tiempo y viajamos a la época en que los trenes funcionaban con carbón, podemos hacer una analogía entre el proceso de generación de energía en las mitocondrias y la quema de carbón en las locomotoras. Al igual que en la quema del carbón para producir energía en las locomotoras, las mitocondrias generan energía para el movimiento de las células del organismo.
Cuando las personas tienen alteraciones en su tiroides, es común que se sientan cansados o con falta de energía. Esto se debe a que la hormona tiroidea, como la tiroxina, regula la expresión de genes y funciones en el núcleo de la célula, lo que afecta a la producción de energía en las mitocondrias.
Este proceso también es crucial durante el desarrollo fetal, ya que la hormona tiroidea regula los procesos de neurodesarrollo y la formación del sistema nervioso del feto en el útero materno.
Otro efecto de las hormonas tiroideas, como la tiroxina, es regular la maduración del óvulo para que pueda ser fecundado y dar lugar al embarazo. Esto también depende de que la hormona tiroidea se adhiera al receptor dentro del núcleo. Por lo tanto, la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3) son esenciales para controlar el metabolismo corporal y regular una gran cantidad de funciones, como el desarrollo, el mantenimiento óptimo de la función cognitiva, la fertilidad tanto en hombres como mujeres, y la regulación del sistema inmunitario. El eje hipotálamo-pituitario-tiroideo es un sistema muy importante para esto.
Las mitocondrias son estructuras celulares vitales para la generación de energía necesaria para el funcionamiento de las células, y la hormona tiroidea es crucial en la regulación de este proceso.
En resumen, podemos decir, que las hormonas tiroideas regulan funciones tan importantes como:
- Neurodesarrollo.
- Mantenimiento óptimo de la función cognitiva.
- La fertilidad.
- La regulación del sistema inmunitario.
Cómo funciona el eje hipotalámico-hipofisario-tiroideo o el eje tiroideo
Para entender cómo funciona el eje hipotalámico-hipofisario-tiroideo o el eje tiroideo y cómo podemos influir positivamente en él, es común pensar en algún suplemento o nutriente mágico. Sin embargo, la realidad es que la glándula tiroides, principalmente, se ve afectada por factores como el exceso de demanda, por ejemplo, la falta de descanso adecuado, especialmente durante la noche, o el exceso de estrés.
Cuando estamos sometidos a situaciones de exceso de demanda en nuestra vida diaria, como tener un ritmo de vida muy alto, la falta de descanso o situaciones estresantes o competitivas que generan mucha demanda energética, la glándula tiroides se ve obligada a funcionar por encima de sus capacidades.
Si esta situación se presenta durante periodos cortos y reducidos, no hay problema, ya que está capacitada para generar picos de energía. El problema surge cuando esta situación se mantiene en el tiempo y los picos de energía se convierten en estados de demanda energética muy elevados. Estos estados de demanda energética elevada hacen que la glándula funcione por encima de sus capacidades y genere oxidación. Este exceso de demanda de funcionamiento a nivel de la glándula provoca oxidación a nivel celular y producción de radicales libres. Si, además, tenemos un escenario nutricional que genera inflamación, como el sobrepeso o la alimentación a base de refinados o productos procesados, esto generará un estado de inflamación y una ligera actividad del sistema inmunitario que se encuentra en todo nuestro cuerpo.
Esta combinación, junto con la oxidación a nivel tiroideo, puede generar un efecto dañino. La oxidación y los radicales libres localizados a nivel de la glándula combinados con la inflamación sistémica global pueden hacer que las células sufran daño y la glándula tiroides se inflame.
Síntomas de la tiroiditis y cómo se diagnostica la enfermedad
La susceptibilidad genética junto con antecedentes familiares de patologías autoinmunes, como la tiroiditis o la hipertiroiditis, pueden generar una combinación de exceso de oxidación, radicales libres e inflamación, lo que puede llevar a la aparición de patologías autoinmunes. La instauración es habitualmente lenta y progresiva y los síntomas se relacionan con una disminución en la actividad funcional de todos los sistemas del organismo. Veamos sus diferencias:
- La tiroiditis (enfermedad de Hashimoto) es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico del cuerpo ataca la tiroides. Esto puede resultar en la disminución de la función de la tiroides y una disminución de la producción de hormonas tiroideas. Los síntomas de la enfermedad de Hashimoto incluyen fatiga, aumento de peso, piel seca, caída del cabello, estreñimiento, sensación de frío, depresión y dolores musculares.
- Por otro lado, la hipertiroiditis (enfermedad de Graves) es una afección autoinmune en la que el cuerpo produce demasiadas hormonas tiroideas. Los síntomas de la enfermedad de Graves incluyen pérdida de peso, nerviosismo, sudoración, aumento del ritmo cardíaco, intolerancia al calor, temblores, debilidad muscular y diarrea.
Además de esto, debemos tener en cuenta que enfermedad tiroidea puede afectar el estado de ánimo. Entre los síntomas comunes de la enfermedad tiroidea que afectan el estado de ánimo se incluyen la ansiedad o la depresión. En general, cuanto más grave es la enfermedad tiroidea, más graves son los cambios de estado de ánimo.
La diferencia clave entre estas dos enfermedades de la tiroides es la función de la glándula tiroides. La enfermedad de Hashimoto causa una disminución de la función de la tiroides, mientras que la enfermedad de Graves causa un aumento de la función de la tiroides. Si experimentas alguna combinación de estos síntomas, es importante que consultes con un médico para obtener un diagnóstico preciso.

Cómo recuperar la actividad normal de la tiroides
En este punto la clave es saber si has superado el punto de no retorno. Si llevas debutando en patología autoinmune 7 años, entonces seguramente necesitarás un tratamiento de apoyo farmacológico, como el clásico Eutirox, que es a base de hormona tiroidea exógena, pero que no es suficiente por sí solo. Habrá que trabajar ese estado inflamatorio para poder optimizar la función tiroidea que todavía quede y, de esta forma, poder optimizar el fármaco que estás tomando.
Pero puede ser que tengas la suerte de que acabes de debutar, que no haga más de tres, cuatro o seis meses, en los que tu glándula está empezando a sufrir las consecuencias de la autoinmunidad. Ahí se puede todavía hacer mucho. Deberemos entender que será necesario generar un escenario comportamental donde tu cuerpo requiera menos energía, ya sea mejorando el descanso, los biorritmos, reduciendo el estrés, o cualquier otra intervención que permita que esa glándula sea exigida en cantidades mucho menores. Y, en paralelo, hacer un abordaje de las células inmuno reguladoras de la autoinmunidad. Además, debemos tener en cuenta la microbiota y la alimentación.
¿Cómo mejorar la salud de la tiroides a través de la alimentación y la nutrición?
La nutrición juega un papel clave en el mantenimiento de una tiroides saludable. Es importante incluir alimentos ricos en yodo, como pescado, algas marinas y huevos, en tu dieta diaria. El yodo es esencial para la producción de hormonas tiroideas y la falta de este nutriente puede causar hipotiroidismo.
Además del yodo, otros nutrientes importantes para la salud de la tiroides son el selenio, el zinc y la vitamina D. Estos nutrientes se pueden encontrar en alimentos como nueces, semillas, mariscos, carnes magras y verduras de hojas verdes. En general, una dieta basada en alimentos ecológicos y animales criados en libertad es siempre la mejor opción.
La relación entre el estrés y la salud de la tiroides
El estrés (circunstancias que alteran el equilibrio del organismo) agrava las enfermedades tiroideas y dificulta su tratamiento. Cuando hablamos de estrés, solemos referirnos a estrés laboral o estrés social. Pero existen otros factores que no tenemos en consideración cuando hablamos de estrés y que suponen una carga para las suprarrenales. Estos incluyen las variaciones de la glucemia, intolerancias alimentarias (especialmente el gluten), infecciones crónicas, o toxinas ambientales. Todas estas condiciones inducen a las adrenales a producir más hormonas de estrés y tienen un impacto directo sobre la función tiroidea.
El estrés crónico puede causar disfunción tiroidea, lo que puede llevar a una variedad de problemas de salud. Por lo tanto, es importante encontrar formas de manejar el estrés, como la meditación, el yoga y el ejercicio. El ejercicio también puede tener un impacto positivo en la salud de la tiroides. El ejercicio regular puede mejorar la función tiroidea y ayudar a reducir el riesgo de hipotiroidismo.
Cómo tratar la tiroides desde la psiconeuroinmulogía
Es importante comprender cómo funciona el sistema inmunitario a nivel celular para poder intervenir de manera específica y revertir el estado en el que se está convirtiendo en algo irreversible. Si intervenimos en todos los factores, es posible que no sea necesario utilizar fármacos.
En el caso de las mujeres, es relevante considerar el estado de hiperestrogenismo, que ocurre cuando los niveles de estrógeno están elevados y la degradación de los mismos no es óptima, lo que genera metabolitos intermedios. Estos metabolitos pueden adherirse a las células inmunitarias que se encuentran en la glándula tiroides, en particular a las células dendríticas.
Si los metabolitos de los estrógenos intervinientes o disruptores endocrinos presentes en la alimentación, hormonas anticonceptivas o plásticos se adhieren a estas células dendríticas, pueden generar un efecto negativo en el sistema inmunitario. Por lo tanto, es fundamental entender cómo funciona el sistema inmunitario y tomar medidas específicas para intervenir en los factores que lo afectan.
En la terapia hormonal sustitutiva, se puede observar que las células dendríticas pueden generar más radicales libres e inflamación, lo cual puede ser una de las causas añadidas al conglomerado de factores que facilitan el desarrollo de patologías. Por esta razón, las mujeres sufren más problemas de tiroides que los hombres.
En cuanto al tratamiento, no solo es necesario tener en cuenta el exceso de demanda de la glándula o el déficit de descanso, o intervenir en la alimentación o el sistema inmune. También es imprescindible intervenir a nivel endocrino y hormonal para mejorar el metabolismo de los estrógenos y la hiperactividad de las células dendríticas, y normalizar la función tiroidea.
Por lo tanto, la tiroides no es solo una glándula que participa en el control del peso corporal, sino que es una glándula extremadamente importante que está sujeta a estímulos del sistema inmune y de otras partes de nuestro sistema endocrino hormonal. Además, está íntimamente relacionada con nuestro sistema nervioso.
Para intervenir en el tratamiento de la tiroides con éxito, sugerimos hacer una aproximación psico neuro endocrino inmunológica. Solo de esta manera se pueden obtener resultados relevantes para los pacientes y que puedan marcar una diferencia significativa en su vida.


