Estamos en la época del año donde todo el mundo acaba cayendo unos días enfermo. Sigue estas 6 indicaciones para evitar el resfriado o que si, sucede, tengas una mejor capacidad para resolverlo.
Come Alimentos (no productos)
Nuestra forma de alimentarnos va a jugar un papel determinante en el estado de nuestro sistema inmune. Tener en cuenta que el tubo digestivo es la estructura de nuestro cuerpo más extensa que entra en contacto con el exterior, nada más y nada menos que 200 m2.
Y es por ese motivo que en el intestino encontramos hasta el 80% de nuestras células inmunocompetentes. Ahora entenderéis que no es casualidad que cuando uno se pone a comer mejor, de pronto se da cuenta que ese invierno ha evitado el resfriado.
¿Qué alimentos cuidan a nuestro sistema inmune?
- Omega 3: pescado azul y marisco.
- Ácido araquidónico (omega 6): carne biológica.
- Omega 9: Aceite de oliva y aguacate.
- Vitamina A: hígado biológico y yema de huevo.
- Prebiótico (carbohidratos que nutren a nuestras bacterias) como patata, boniato, zanahoria, manzana, plátano…
- Resveratrol: uva y cacao.
- Quercitina: manzana.
- Sulfurafano: crucíferas como coles de bruselas, coliflor, brócoli…
Ten unos niveles adecuados de Vitamina D
La vitamina D la obtendremos del Sol en las épocas de primavera y verano. Es conveniente exponerse al sol en las horas más suaves del día sin protección. Lógicamente si te vas a exponer durante más horas o has elegido los momentos del día donde el Sol aprieta más, protégete. Pero en otoño y en invierno conviene suplementar vitaminas. ¿Sabes cómo hacerlo?
Toma Vitamina A
Esta grasa junto con la vitamina D, juega un papel clave en la regulación de nuestro sistema inmunitario. En el punto número uno, ya vimos de donde obtenerla.
Hacer ejercicio con frío y abrigarse después de ello, ayudará a evitar el resfriado
Toma grasas de calidad
Las grasas juegan un papel determinante en la resolución de los procesos inflamatorios como os explicábamos en un post.
Muévete para tener tu “cuerpo caliente”
Hacer ejercicio en invierno, como explicamos hace unas semanas en el blog de Regenera. Nuestro sistema inmune sufre con el frío, por eso debemos de abrigarnos cuando acabamos de hacer ejercicio o cuando salimos a la calle en invierno.
Por contra, el calor mejora la eficacia de nuestras células inmunitarias, basta con ver el efecto que tiene la fiebre sobre ellas como os conté con anterioridad. Así que muévete para encender tu estufa interior.
Gestiona tu estrés
Cuando tenemos estrés producimos cortisol y este modula la respuesta de nuestro sistema inmunitario. Hasta ahí todo bien. Pero si el estrés es muy elevado o dura mucho tiempo, incrementamos la producción de cortisol para que el sistema inmune no pueda generar una respuesta inflamatoria en esos momentos. Y es que en el momento en que nos esta siguiendo un león, no podemos caer enfermos.
Pero ¿qué sucede cuando después de un mes de elevado estrés, entregamos de una vez por todas ese dichoso trabajo? Efectivamente, que cuando nos relajamos, enfermamos. El cortisol frenó tanto a nuestro sistema inmune que nos hizo vulnerables a cualquier patógeno y una vez que nos relajamos, ahora ya estamos a salvo del peligro, aparece el proceso inflamatorio.
Así que, si inevitablemente tienes un estrés elevado, cuida todos lo anteriores puntos porque, si no… ya sabes, difícilmente tendrás un buen estado de salud.
Si aun así el resfriado aparece
- Sistema inmune. Nuestro sistema inmune tendrá un estado mucho más favorable para resolver esa infección. Una cosa es pasar unos días convaleciente y la otra es estar todo el invierno donde no salimos de una que entramos en otra.
- Aparición de fiebre. Deja actuar a la fiebre, que aparezca y que haga su trabajo.
- Remedios naturales. Usa los típicos remedios naturales según los síntomas que presentes como el probiótico, el propolis, la equinacea…
- Haz descanso. Y sobre todo, descansa.
Autor: Carlos Pérez
Graduado en Educación Física y Fisioterapia.
Profesor y co-director del Postgrado Experto Universitario en Psiconeuroinmunología Clínica de Regenera.
Profesor del Máster de Medicina Natural de la Universidad de Santiago de Compostela.
Investigador colaborador en el proyecto Alimentación, microbiota y regulación de la inflamación