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Taza de leche con legumbres y frutos secos

Por qué considerar la evolución en nutrición. 1a parte

Desde el punto de vista de la escala evolutiva, los grandes cambios introducidos en nuestra dieta y en nuestro estilo de vida, ya sea con la revolución agrícola hace 10.000 años o con la revolución industrial hace 200 años, han sido demasiado rápidos para que el genoma humano se ajuste adecuadamente. Ésta es una de las causas de la aparición de muchas de las denominadas enfermedades de la civilización, desde el dolor crónico, la obesidad y la diabetes tipo II hasta enfermedades cardiovasculares, reumáticas y autoinmunes.

Hace aproximadamente 10.000 años que la especie humana consume cereales, lácteos, y legumbres; y muchos menos años que se consumen azúcares refinados, aceites vegetales refinados y todos los alimentos procesados. A escala evolutiva, 10.000 años es poco tiempo. Hay bastante evidencia de que en los últimos 10.000 años hemos evolucionado más rápido que nunca en nuestra historia. Pero eso no quiere decir que sea un tiempo suficiente para que haya una adaptación genética a este nuevo ambiente, a este nuevo estilo de vida.

Ha habido adaptaciones, sí, pero tal vez 10.000 años no sean suficientes. Al hablar de medicina evolutiva, grandes científicos, como por ejemplo Stephen Stearns o John Hawks, afirman que todavía hay una incoherencia o un desajuste entre nuestro genoma y el ambiente. Nos estamos adaptando, pero vamos con algo de retraso, es como una especie de jet-lag.

Persona poniéndose un vaso de leche, evolución en nutrición

Los patógenos, por ejemplo, son una causa de adaptación muy rápida, como ocurre en poblaciones que sufren malaria; simplemente porque ejercen una presión selectiva muy fuerte. Los alimentos, en general, no suponen una presión selectiva muy fuerte para producir una adaptación muy rápida. Uno de los ejemplos más claros y que todo el mundo cita como prueba de que nos estamos adaptando es el de la tolerancia a la lactosa de adulto. Por defecto, los mamíferos, a partir de cierta edad dependiendo de cada especie, perdemos la capacidad de digerir la lactosa, porque dejamos de expresar la enzima lactasa. Hay una parte de la población humana que de adultos sigue expresando la enzima lactasa, de manera que son tolerantes a la lactosa.

Hay que tener en cuenta que la adaptación generada por la leche, en este caso, para digerir la lactosa es una de las presiones selectivas relacionadas con la alimentación más fuertes que se conocen. Aun así, solamente el 35 % de la población mundial es capaz de digerir la lactosa de adulto. Ha habido una adaptación muy rápida. Pasar de un 1% de prevalencia de la persistencia de la lactasa en adulto a un 35% de la población representa un cambio muy grande. Sin embargo, seguimos en una especie de desajuste, ya que no todo el mundo está adaptado.

Ahora bien, el hecho de poder digerir la lactosa no significa que estemos adaptados a los lácteos en sí. El problema de la leche no es solamente la lactosa, que se limita básicamente a problemas digestivos y produce síntomas gastrointestinales sin ir más allá. Hay otra serie de problemas que podrían estar asociados o producidos por la leche. Por ejemplo ciertas reacciones inmunológicas a proteínas; no al carbohidrato de la leche (lactosa), sino a proteínas de la leche. O la arterioesclerosis y lipotoxicidad producidas por la caseína en muchos animales.

¿Por qué no podría producir una ingesta elevada de caseína problemas de arterioesclerosis y de lipotoxicidad en seres humanos? Nadie ha demostrado que no sea así, en parte por que estas enfermedades tardan décadas en aparecer.

Estudiar el efecto de la leche en la arterioesclerosis llevaría décadas. No es un efecto inmediato que se pueda testar fácilmente. Por lo tanto, deberíamos partir de la idea de que 10.000 años es poco tiempo para adaptarnos completamente.

Por ejemplo, la susceptibilidad de los europeos a la diabetes tipo II, comparándola con la de los africanos, los indios americanos o los aborígenes australianos, es mucho menor, porque nos estamos adaptando. La población europea lleva mucho más tiempo consumiendo cereales y se han generado ciertas adaptaciones metabólicas. Pero todavía no se conocen exactamente y, en cualquier caso, no parecen suficientes como para que los cereales puedan ser recomendados como un alimento adecuado para todas las personas. Los europeos llevamos mucho más tiempo consumiendo cereales que otras poblaciones, pero no somos inmunes a la diabetes tipo II. 

Si hablamos de otras etnias, si tenemos en cuenta a todos los seres humanos del planeta, podemos decir con cierta seguridad que la dieta ideal para todos sería la dieta que tuvo el ancestro común de todos nosotros antes de partir de África, donde vivió hace aproximadamente 200.000 años. Esos ancestros tuvieron una dieta muy similar durante por lo menos 1,5 millones de años.

Ha habido adaptaciones, sí, como la citada persistencia de la lactasa en el adulto. Aún así, tomando como ejemplo ésta, tan solo el 35% de la población ha conseguido adaptarse. Y adaptaciones completas para la ingesta de cereales, lácteos y legumbres es muy poco probable que se hayan producido en 10.000 años. No ha habido suficiente tiempo, aunque estemos en un proceso de adaptación.

Autor: David Vargas Barrientos

Graduado en Fisioterapia
Máster en Psiconeuroinmunología
Máster en Biología Molecular y Biomedicina
Técnico Superior en Dietética y Nutrición (En curso)
Profesor y codirector del Postgrado Universitario en Psiconeuroinmunología Clínica de Regenera

Sobre el autor

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Formación Académica

– Licenciada en Medicina por la Universidad Autónoma de Madrid (1998 a 2004).

– Especialista en Cirugía Torácica (2005 a 2010).

– Ampliación de estudios de especialistas con estancia de 3 meses en la Mayo Clinic de Rochester, Minnesota (Estados Unidos) (2011).

Doctora en Ciencias Médico-Quirúrgicas por la Universidad Complutense de Madrid con el trabajo: “Efectividad de una consulta monográfica para el estudio de lesiones pulmonares en la reducción del tiempo de demora hasta la intervención quirúrgica”, con la calificación final de Sobresaliente-Cum Laude. Marzo de 2025.

– Máster Propio en Oncología Torácica por la Universidad CEU Cardenal Herrera (2018 a 2019).

– Postgrado en Microbiota por Regenera University (2022).

– Máster en Psiconeuroinmunología Clínica por Regenera University (2022 a 2024).

– Postgrado en Pediatría Integrativa por Regenera University (2025).

Experiencia Profesional

– Médico Interno Residente (MIR) de Cirugía Torácica, Hospital Clínico San Carlos de Madrid (2005 – 2010).

– Médico especialista en Cirugía Torácica, Hospitales Sagrat Cor, Quirón, Dexeus y Teknon de Barcelona (2010).

– Médico especialista en Cirugía Torácica, Hospital Clínico San Carlos de Madrid, (2010 hasta la actualidad).

– Médico especialista en Psiconeuroinmunología Clínica, Clínicas Regenera (2024 hasta la actualidad).

Logros y Reconocimientos

Premio Brompton de la ESTS a la mejor comunicación de la 16th European Conference on General Thoracic Surgery, celebrada en Bologna (Italia), 2008.

– Profesor Colaborador del Departamento de Cirugía I de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid desde 2005.

Experta en diagnóstico y tratamiento del carcinoma de pulmón. Responsable de la consulta de nódulo pulmonar y del programa de broncoscopia con navegación en el H. Clínico San Carlos, desde 2015.

 

-Miembro del Comité Multidisciplinar de Tumores Mesenquimales-Sarcomas del H. Clínico San Carlos, siendo este CSUR (centro de referencia nacional) para esta patología.

 

– Vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Cirugía Torácica (2008 a 2010), tesorera (2010 a 2014) y miembro del Comité de Formación y Docencia (2018 a 2023).

Tutora de residentes de Cirugía Torácica del H. Clínico San Carlos de Madrid (2013 a 2021).

Responsable de Humanización por parte del servicio de Cirugía Torácica en el H. Clínico San Carlos.

Publicaciones en revistas nacionales (21) e internacionales (7) y capítulos de libros (8). Comunicaciones orales en congresos nacionales (28) e internacionales (7). Ponencias en congresos y cursos nacionales (18). 21 proyectos de investigación, siendo Co-IP en 2 de ellos.

-Dentro de la PNI especialista en abordaje de sistema digestivo, tiroides, autoinmunidad y oncología integrativa.

-Co-directora del Máster en Psiconeuroinmunología Clínica por Regenera University desde 2025.