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Una chica tiene dolor en la garganta por la tiroides y problemas digestivos

Tiroides y problemas digestivos: Síntomas y consejos para tratarlos

¿Sabías que la tiroides y los problemas digestivos están estrechamente relacionados? La tiroides es una glándula que produce hormonas que regulan el metabolismo y el crecimiento de nuestro cuerpo. El aparato digestivo es el encargado de procesar los alimentos que comemos y absorber los nutrientes que necesitamos. Ambos sistemas se comunican e influyen entre sí, y cuando falla el sistema digestivo, puede afectar a la tiroides y viceversa.

Además queremos profundizar en el hipertiroidismo y el hipotiroidismo y sus problemas digestivos, así como alimentación y nutrientes que debes tomar o evitar.

➡️ En este artículo vamos a explicar cómo la tiroides y el aparato digestivo se influyen mutuamente, qué tipos de problemas tiroideos existen y cómo se pueden tratar.

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La relación entre los problemas digestivos y la tiroides

La tiroides, una pequeña glándula en forma de mariposa ubicada en la base del cuello, desempeña un papel crucial en la producción de hormonas que regulan nuestro metabolismo y el crecimiento adecuado.

Por otro lado, el aparato digestivo se encarga de un proceso igualmente fundamental: descomponer los alimentos que consumimos y absorber los nutrientes necesarios para mantenernos con energía. Estos dos sistemas vitales están conectados y tienen una influencia mutua significativa. Cuando uno de ellos experimenta algún tipo de disfunción, puede tener repercusiones en el funcionamiento del otro.

Pero también, si nuestro sistema digestivo no funciona correctamente o está dañado, puede afectar a la tiroides. Estos son algunos ejemplos de cómo los problemas digestivos pueden estar relacionados con la tiroides.

Enfermedad celíaca

La enfermedad celíaca es una reacción del sistema inmunológico al gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno. Cuando una persona celíaca consume gluten, su intestino delgado se inflama y se daña, lo que dificulta la absorción de nutrientes. Esta inflamación puede alterar la función de la tiroides y aumentar el riesgo de tener problemas como el hipotiroidismo o la tiroiditis de Hashimoto, que son enfermedades autoinmunes en las que el sistema inmunológico ataca a la glándula tiroides.

Síndrome del intestino permeable:

El síndrome del intestino permeable, del que ya hemos hablado, es un trastorno en el que la barrera intestinal se debilita y deja pasar sustancias que no deberían entrar en el torrente sanguíneo, como toxinas, bacterias o restos de alimentos. Esto puede provocar una respuesta inflamatoria y una activación del sistema inmunológico. Se cree que el síndrome del intestino permeable puede favorecer el desarrollo de enfermedades autoinmunes, entre ellas las enfermedades tiroideas. La inflamación crónica y la activación del sistema inmunológico pueden afectar la función de la tiroides y causar problemas como el hipotiroidismo.

Deficiencia de nutrientes

La tiroides necesita ciertos nutrientes para producir las hormonas que necesita nuestro cuerpo. Algunos de estos nutrientes son el yodo, el selenio y el zinc. Los problemas digestivos crónicos, como la enfermedad inflamatoria intestinal o la mala absorción, pueden impedir que nuestro intestino absorba estos nutrientes correctamente. La falta de yodo es conocida por causar problemas en la tiroides, como el bocio, que es un agrandamiento anormal de la glándula. La falta de selenio se ha asociado con un mayor riesgo de tener enfermedad tiroidea autoinmune. Por lo tanto, los problemas digestivos que afectan la absorción de estos nutrientes pueden tener un impacto negativo en la función tiroidea.

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¿Cómo afecta la tiroides al sistema digestivo?

La tiroides es una glándula endocrina que se encuentra en el cuello y que tiene un papel fundamental en el funcionamiento de nuestro cuerpo. Una de las funciones más importantes de esta glándula es la regulación del metabolismo, lo que significa que la tiroides es responsable de controlar la velocidad a la que nuestro cuerpo quema calorías y convierte los alimentos en energía.

Debido a su papel en el metabolismo, la tiroides también puede afectar al sistema digestivo. Cuando la tiroides no funciona correctamente, puede causar problemas digestivos como estreñimiento, diarrea, náuseas y vómitos. Además, la tiroides también puede afectar la absorción de nutrientes, lo que puede llevar a deficiencias nutricionales y otros problemas de salud.

Por lo tanto, si experimentas problemas digestivos persistentes, es importante que hables con tu médico para determinar si hay alguna conexión entre tus síntomas y la tiroides. Un tratamiento adecuado para la tiroides puede ayudar a mejorar la salud digestiva y prevenir complicaciones a largo plazo.

Síntomas de los problemas digestivos asociados a la tiroides

Los problemas digestivos relacionados con la tiroides pueden incluir estreñimiento, diarrea, náuseas, vómitos, acidez estomacal y dolor abdominal. Estos síntomas pueden ser causados por una disminución en la producción de hormonas tiroideas, lo que provoca que el sistema digestivo se ralentice o se acelere. También pueden ser causados por una inflamación de la tiroides, que puede afectar a la producción de las enzimas necesarias para la digestión adecuada.

Los problemas de la tiroides pueden manifestarse de diferentes formas en el aparato digestivo, dependiendo del tipo de alteración que sufra la glándula tiroides. Estos son algunos síntomas habituales que podrían señalar una relación entre los problemas digestivos y la tiroides:

  • Estreñimiento: El hipotiroidismo, una condición en la que la glándula tiroides produce poca hormona tiroidea, puede hacer que el metabolismo se enlentezca y afectar el funcionamiento normal del sistema digestivo. Esto puede provocar una disminución de los movimientos del intestino y causar estreñimiento.
  • Diarrea: Por el contrario, en casos menos frecuentes, el hipertiroidismo, una condición en la que la glándula tiroides produce mucha hormona tiroidea, puede hacer que el metabolismo se acelere y aumentar la velocidad del tránsito intestinal. Esto puede causar diarrea o heces blandas.
  • Malestar abdominal: Algunas personas con trastornos de la tiroides pueden sentir malestar abdominal, inflamación o sensación de llenura después de comer. Esto puede deberse a cambios en la función gastrointestinal debido a las alteraciones hormonales asociadas con los problemas de la tiroides.
  • Disminución del apetito: Tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo pueden influir en el apetito. En el hipotiroidismo, es frecuente sentir una disminución del apetito, lo que puede contribuir a la pérdida de peso. Por otro lado, el hipertiroidismo puede incrementar el apetito y provocar una mayor ingesta de alimentos.
  • Náuseas y vómitos: Algunas personas con enfermedad de Graves, un trastorno autoinmune que causa hipertiroidismo, pueden presentar síntomas gastrointestinales como náuseas y vómitos.

Hipertiroidismo y problemas digestivos

Cuando la tiroides produce demasiada hormona, se produce una condición llamada hipertiroidismo. Esto hace que el metabolismo del cuerpo se acelere y puede causar muchos síntomas, como pérdida de peso, temblor de manos, nerviosismo, sudoración, palpitaciones y mayor sensibilidad al calor.

El hipertiroidismo también puede afectar al aparato digestivo, causando problemas como:

  • Alteraciones en el ritmo intestinal, especialmente deposiciones más frecuentes,
  • Hinchazón en la base del cuello por el agrandamiento de la glándula tiroides, lo que se conoce como bocio, y que puede dificultar la deglución,
  • Dificultad para tragar alimentos sólidos o líquidos por la disfunción de los músculos de la faringe y el esófago cervical.

¿Qué alimentos evitar para el hipertiroidismo?

Se recomienda seguir una alimentación equilibrada y variada, rica en frutas, verduras, pescado, carnes magras y bebidas sin lactosa. Algunos consejos nutricionales para el hipertiroidismo son:

  • Evitar el consumo excesivo de alimentos que contienen yodo, como las algas marinas, los mariscos o los productos lácteos,
  • Evitar el consumo de alimentos bociógenos, que son aquellos que interfieren con la captación de yodo por la glándula tiroides. Algunos ejemplos son las coles, los nabos, las espinacas o los cacahuetes. Estos alimentos se pueden consumir con moderación si se cocinan bien.
  • Dejar el consumo de alcohol, café y otras bebidas estimulantes, ya que pueden aumentar los síntomas como el nerviosismo o las palpitaciones.
  • Aumentar el consumo de agua y otros líquidos para evitar la deshidratación por el exceso de sudoración.

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Hipotiroidismo y problemas digestivos

Cuando la tiroides produce poca hormona, se produce una condición llamada hipotiroidismo. Esto hace que el metabolismo del cuerpo se ralentice y puede causar muchos síntomas, como aumento de peso, cansancio, depresión, intolerancia al frío, sequedad de piel y cabello y alteraciones menstruales.

El hipotiroidismo también puede afectar al aparato digestivo, causando problemas como:

  • El principal de todos es la hipomotilidad intestinal, que es una disminución de los movimientos del intestino que favorece el reflujo gastroesofágico o el estreñimiento,
  • En raras ocasiones, diarrea, que puede deberse a un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado secundario a la hipomotilidad,
  • A veces, asociación con otras enfermedades autoinmunes que afectan al aparato digestivo, como la colitis ulcerosa, la anemia perniciosa o la cirrosis biliar primaria.

¿Qué alimentos tomar para el hipotiroidismo?

No existe una dieta mágica que cure o revierta el hipotiroidismo, pero hay algunos alimentos que pueden ayudar a mejorar la salud de la tiroides y el metabolismo. Aquí te damos algunos ejemplos:

  • Alimentos con yodo: El yodo es un nutriente imprescindible para que la tiroides pueda fabricar sus hormonas. Los alimentos con yodo son las algas marinas, los pescados y los mariscos, como el bacalao, el atún y las ostras.
  • Productos con selenio: El selenio es otro mineral vital para el buen funcionamiento de la tiroides. Lo puedes encontrar en alimentos como las nueces, los mariscos, las semillas de girasol y los huevos.
  • Frutas y verduras: Comer una variedad de frutas y verduras frescas te aporta antioxidantes y otros nutrientes esenciales para la salud general. Elige opciones con vitamina C, como los cítricos, las fresas y los pimientos, ya que la vitamina C te ayuda a absorber el hierro.
  • Alimentos con fibra: La fibra dietética puede ayudarte a regular el tránsito intestinal y evitar el estreñimiento, que es frecuente en personas con hipotiroidismo. Los alimentos con más fibra son las frutas y las verduras. También prueba a cambiar el arroz normal por uno integral.
  • Fuentes de proteínas magras: Las proteínas son importantes para el crecimiento y reparación de tejidos, así como para la producción de hormonas. Elige fuentes de proteínas magras como pollo, pavo y pescado.

Microbiota y su relación con la tiroides y los problemas digestivos

La microbiota es el conjunto de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo, especialmente en el intestino. La microbiota cumple funciones importantes para nuestra salud, como ayudar a la digestión, producir vitaminas, regular el sistema inmunitario y proteger frente a las infecciones.

Además, la microbiota también se comunica con la tiroides y puede influir en su funcionamiento. Algunas formas en las que la microbiota y la tiroides se relacionan son:

  • La microbiota ayuda a absorber y utilizar los minerales que son esenciales para la tiroides, como el yodo, el selenio, el zinc y el hierro,
  • Por último, la microbiota modula el sistema inmunitario y puede prevenir o favorecer las enfermedades autoinmunes de la tiroides, como la tiroiditis de Hashimoto o la enfermedad de Graves.

La microbiota puede afectar a la conversión de T4 a T3 tiroidea

La microbiota puede influir en cómo nuestro cuerpo usa la hormona que produce la tiroides. La tiroides produce una hormona llamada T4, que se transforma en otra hormona llamada T3 en otros órganos como el hígado y los riñones. La T3 es la hormona que realmente actúa sobre las células y los tejidos de nuestro cuerpo.

La microbiota puede ayudar o dificultar esta transformación de T4 a T3 mediante unas enzimas que se llaman deiodinasas. Estas enzimas son las encargadas de quitar o poner un átomo de yodo a la hormona tiroidea. El yodo es un mineral que se encuentra en algunos alimentos como las algas, el pescado o la sal yodada. La microbiota también puede influir en la absorción de este mineral en el intestino.

Por lo tanto, la microbiota puede afectar a la conversión de T4 a T3, que es la forma más activa de la hormona tiroidea, mediante su efecto sobre las enzimas deiodinasas y sobre el yodo. Esto puede tener consecuencias para la salud de la tiroides y del resto del cuerpo.

✅ Cuidar nuestra microbiota con una alimentación y un estilo de vida saludables puede ser beneficioso para la salud de la tiroides y prevenir o mejorar los problemas digestivos asociados a los trastornos tiroideos.

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¿Te has quedado con alguna duda sobre la tiroides y los problemas digestivos?

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Fuentes y estudios relacionados sobre tiroides y problemas digestivos:

  • Eje tiroides-intestino: ¿cómo influye la microbiota en la función tiroidea? La microbiota intestinal juega un papel crucial en la función tiroidea y están asociadas a desequilibrios en la composición bacteriana. Además, la permeabilidad intestinal aumentada en condiciones como la tiroiditis de Hashimoto puede facilitar la activación inmune y reacciones cruzadas. La composición bacteriana influye en la disponibilidad de micronutrientes necesarios para la función tiroidea, y la suplementación con probióticos ha demostrado beneficios en las hormonas y función tiroidea.
  • La enfermedad celíaca y la tiroides: destacando las funciones de la vitamina D y el hierro: Esta revisión destaca la relación entre la enfermedad celiaca y las enfermedades autoinmunes tiroideas, incluyendo la influencia de la microbiota intestinal, la regulación del sistema inmunológico, la malabsorción de micronutrientes y la deficiencia de hierro y vitamina D.
  • La tiroides y el intestino: La enfermedad de la tiroides puede afectar al sistema gastrointestinal de varias formas. En el caso del hipotiroidismo, se pueden experimentar trastornos de la motilidad esofágica, dispepsia, retraso en el vaciamiento gástrico, molestias abdominales y sobrecrecimiento bacteriano. Por otro lado, en el hipertiroidismo, se pueden presentar vaciamiento gástrico normal con baja producción de ácido, diarrea, esteatorrea y compresión esofágica.

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