La artritis reumatoide es más común de lo que podemos imaginar. Se estima que afecta a 1 de cada 100 personas en todo el mundo en todo el mundo. Así es muy habitual encontrar a algún familiar o conocido que la pueda estar padeciendo.
Quedan aún muchos interrogantes sin resolver sobre la complejidad de sus causas, pero nuevos descubrimientos científicos pueden arrojar algo de luz sobre cómo mejorar su prevención y tratamiento. En concreto, en este artículo veremos cómo un reciente estudio ha encontrado una pista relevante sobre qué bacteria intestinal puede estar directamente relacionada con el desarrollo de la artritis reumatoide. Estos estudios nos acercan a algo que venimos compartiendo desde hace tiempo en Regenera: El sistema digestivo y la microbiota como epicentro de nuestra respuesta inmunitaria. Así que esta nueva información nos puede ayudar a precisar incluso más sobre el abordaje de esta enfermedad.
¿Qué causa la artritis reumatoide?
El objetivo de esta nueva investigación era identificar los factores que podrían desencadenar la formación de anticuerpos relacionados con la artritis reumatoide.
La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune, lo que significa que se desarrolla cuando el sistema inmunológico del cuerpo comienza a atacarse a sí mismo. Las proteínas llamadas anticuerpos, que normalmente ayudan a combatir microorganismos como virus, bacterias, hongos, parásitos… comienzan a atacar las articulaciones en su lugar. Los autoanticuerpos pueden detectarse en individuos con riesgo de desarrollar artritis reumatoide incluso antes del desarrollo de la enfermedad clínica. Sin embargo, no sabíamos de forma precisa lo que generaba este tipo de autoanticuerpos.
Los orígenes de los anticuerpos que causan la artritis reumatoide han sido objeto de estudio durante muchos años. Algunas investigaciones han demostrado que estos anticuerpos pueden comenzar a formarse en sitios como la boca, los pulmones y los intestinos más de 10 años antes de que aparezcan los síntomas.
Las bacterias y los anticuerpos asociados con la artritis reumatoide comparten los mismos sitios de residencia (boca, pulmones e intestinos). Por ello, desde hace años, gran variedad de estudios como este de Genome Medicine y este de Arthritis and Rheumatology ya establecían la relación entre la microbiota y la artritis reumatoide. Otro revelador estudio también mostró que las personas que padecen artritis reumatoide tenían muchas más posibilidades de albergar en su intestino la bacteria Prevotella copri que la gente que no padecía la enfermedad. Pero no encontraron por qué.
Artritis reumatoide y microbiota
Por tanto, la hipótesis inicial compartida es que algunas bacterias podrían estar desencadenando la producción de dichos anticuerpos. En este caso, estudiaron la posibilidad de que los anticuerpos se produjesen para atacar ciertas bacterias, pero que cuando estos mismos anticuerpos se propagan fuera del intestino y acaban atacando las articulaciones y desarrollando la artritis reumatoide.
Para identificar las bacterias intestinales afectadas por estos anticuerpos, estudiaron las bacterias presentes en las heces de un subgrupo de personas en riesgo de desarrollar artritis reumatoide. Después, las expusieron a dichos anticuerpos para aislar solo aquellas especies bacterianas que reaccionaban y se unían a los anticuerpos. Y ¡eureka! Esta vez sí encontraron la conexión.
¿Qué bacterias están implicadas en la artritis reumatoide?
En la investigación, se descubrió una especie de bacteria previamente desconocida que está presente en el intestino del 20 % de las personas que fueron diagnosticadas con artritis reumatoide o que producían los anticuerpos que causan la enfermedad. Se trataba de una cepa bacteriana del género Subdoligranulum.
Para confirmar dicha hipótesis, administraron una dosis oral de esta nueva bacteria a ratones y monitorearon su evolución. Después de 14 días, los ratones comenzaron a desarrollar inflamación en las articulaciones y anticuerpos que atacaron sus articulaciones.
Estos primeros hallazgos sugieren que estas bacterias intestinales pueden estar activando el sistema inmunológico de las personas con artritis reumatoide. Pero en lugar de atacar a las bacterias, el sistema inmunológico de estas personas ataca a sus propias articulaciones.
Subdoligranulum didolesgii
Al ser una nueva bacteria, el primer paso fue ponerle un nombre que la identificara respecto a las demás. La investigadora Meagan Chriswell, de la Universidad de Colorado y miembro de la Nación Cherokee de Oklahoma, propuso el nombre de Subdoligranulum didolesgii. El motivo de la elección es que la palabra didolesgii significa artritis o reumatismo en cherokee y con él, la investigadora quería reconocer las contribuciones que otros estudiosos indígenas también habían aportado a la ciencia, así como al hecho de que la artritis reumatoide afecta a los pueblos indígenas a una tasa superior al de otras comunidades. Un bonito detalle que ennoblece aún más el descubrimiento de esta investigadora y su equipo.
La bacteria Subdoligranulum didolesgii no se ha detectado en las heces de personas saludables antes, y actualmente todavía se desconoce qué tan prevalente es en la población en general. Pero al menos, ya sabemos un poco más sobre ella y de sus importantes implicaciones en nuestra salud, ya que puede activar células inmunitarias especializadas llamadas células T en personas con artritis reumatoide. Concretamente, se produce una activación de las células Th17 en su actividad proinflamatoria; células relacionadas con esta actividad autoinmune a nivel articular.
¿Qué tiene de especial este descubrimiento?
Aún se desconoce por qué las personas con artritis reumatoide desarrollan una respuesta inmune a Subdoligranulum didolesgii. Sin embargo, los expertos han abierto esta nueva línea de investigación porque esta bacteria parece tener una relación directa con la enfermedad. La Subdoligranulum didolesgii se encuentra solo en los intestinos de las personas con artritis reumatoide y no en los intestinos de personas sanas.
Otra curiosidad es que si bien muchas respuestas inmunitarias ocurren en el sistema digestivo, generalmente son locales y no se propagan a otras áreas del cuerpo. Sin embargo, esta respuesta inmunológica intestinal particularmente intensa contra la Subdoligranulum didolesgii parece estar permitiendo que los anticuerpos eviten el “cortafuegos” intestinal y acabe propagándose a las articulaciones.
Mejorar el tratamiento de la artritis reumatoide
La relación entre las bacterias intestinales y la artritis reumatoide es un campo de estudio apasionante y en pleno desarrollo. Estos hallazgos se suman a un conjunto de trabajos que han sugerido una fuerte relación entre la artritis reumatoide y cambios anormales en la microbiota del cuerpo y puede arrojar algo de luz sobre los orígenes de la artritis reumatoide. Por tanto, se abre una importante línea de investigación que puede ser de gran ayuda para el tratamiento de la enfermedad y en especial, para su detección y prevención.
Pero sigue destacando una importante mala noticia en todo esto: no proponen ningún tratamiento específico que pueda aplicarse en la práctica clínica.
Pero no queremos finalizar este artículo con este dato. A estos descubrimientos sobre la prevención queremos aportarte también otro nuevo avance sobre las mejoras en el tratamiento. Y en este caso sí hay buenas noticias: los nuevos descubrimientos podrían dar un importante salto de calidad a los tratamientos actuales.
Este mismo año, un equipo de científicos del Baylor College of Medicine en los Estados Unidos ha desarrollado un método innovador para tratar la artritis reumatoide que no requiere inyecciones y podría ser tan simple como tomar una pastilla.
En su investigación, exploraron la posibilidad de usar la bacteria probiótica Lactobacillus reuteri (LrS235) como una nueva plataforma de administración de fármacos para tratar la artritis reumatoide. El equipo aplicó la bioingeniería al probiótico para que segregara el compuesto antiinflamatorio directamente en el torrente sanguíneo, permitiendo que dosis más altas lleguen a las articulaciones. Aplicada en ratones, redujo drásticamente los signos clínicos de la enfermedad, incluida la inflamación articular, la destrucción del cartílago y el daño óseo en un modelo animal de artritis reumatoide. El siguiente paso es poder avanzar hacia los ensayos en humanos.
Nuestra conclusión final
Como has podido comprobar, la artritis reumatoide sigue siendo una enfermedad desafiante y compleja. Desde Regenera, te mantendremos al día de todos los avances recientes en la investigación y muy especialmente de cómo las bacterias intestinales han proporcionado nuevas ideas y estrategias prometedoras para su prevención y tratamiento. Quizá en un futuro no muy lejano, los tratamientos y la prevención de esta enfermedad se basen en el conocimiento y la manipulación de nuestra microbiota intestinal. Por ahora, estamos convencidos de que un enfoque integrativo en la salud intestinal es lo que nos llevará a un futuro más brillante para los pacientes que padecen esta enfermedad debilitante. Cuidar la diversidad y el equilibro en tu microbiota a través de hábitos de vida saludable, será siempre tu gran aliado para prevenir o mejorar los síntomas de la artritis reumatoide y otras enfermedades autoinmunes.